Por Marcelo López
Entre las idílicas y soñadas islas de las Cícladas griegas hay una que se destaca por ser la más grande en el Egeo, por tener la mayor cantidad de playas de arena, un mar de ensueño y unos pueblos que te van a dejar sin aliento.
A solo 40 minutos de ferry de la más conocida Mykonos y a 40 minutos de avión de Atenas nos encontramos con una isla privilegiada por escenarios naturales, un estilo de vida aun relajado y por una infraestructura que sorprende. Chora (Jora se pronuncia) es la ciudad principal y lugar del puerto, el aeropuerto y de las callecitas blancas y angostas repletas de flores. Tiene el tamaño justo para recorrerla caminando y disfrutar de sus atardeceres, los cientos de restaurantes, tabernas y bares, el castillo medieval, y por supuesto, la maravillosa e imponente puerta del Templo de Apolo a la distancia. Este ícono de la Naxos es parte de un templo que, misteriosamente, nunca se construyó, pero quedo de testimonio para ser venerado por miles de turistas todos los días en la caída del sol.
La clave siempre es estar bien ubicados y para eso el hotel Princess of Naxos es el indicado, bello y en uno de los puntos más accesibles.
Entre las playas más hermosas están las de Prokopios, muy cerca del centro, amplia, dorada y muy cómoda. Moutsouna, ubicada al otro lado de la ciudad, en un pueblo que alguna vez fue minero y hoy es una belleza para guardar en fotos y recuerdos. Finalmente, Pyrgaki, una franja larga de arena, con el mismo mar deslumbrante y el sabor de lo agreste.
Todas las playas de la isla son realmente buenas, lo que hace que sea difícil, muchas veces, decidirse por una.
Naxos es un destino para ir y repetir, como Grecia.
