Algunos de los beneficios de realizar esta práctica son: ayudar al control de esfínteres, recuperar el tono muscular de la pelvis, experimentar mayor placer durante la intimidad, mejorar el parto, etc.
Ambas son técnicas de reproducción asistida; sin embargo, su principal diferencia es que la primera es de alta complejidad mientras que la segunda es de baja complejidad.